Terremoto en la AgTech : Después de Farmwise, le toca a Naïo tener dificultades financieras
Naïo Technologies, con sede en Toulouse (Francia), es una empresa pionera en el campo de la robótica agrícola. Fundada en 2011, Naïo se ha dedicado a desarrollar soluciones robóticas innovadoras destinadas a ayudar a los agricultores en tareas como el deshierbe y la escarda. Sus robots estrella, Oz y Dino, han sido diseñados para mejorar tanto la eficiencia como la sostenibilidad de las prácticas agrícolas.
A pesar de sus avances pioneros y sus importantes contribuciones al sector AgTech, Naïo Technologies se enfrenta actualmente a dificultades financieras, lo que le ha llevado a un proceso de reorganización judicial, un proceso legal francés cuyo objetivo es reestructurar la empresa o encontrar compradores para evitar su liquidación. Esta situación ha conmocionado a la comunidad francesa de tecnología agrícola y ha planteado interrogantes sobre el futuro de la innovación en este sector fundamental.
Tras haber pasado dos años dentro de la empresa entre 2020 y 2022, quería compartir una perspectiva personal e interna del viaje de Naïo. Este artículo explora cómo Naïo se convirtió en pionera de la robótica agrícola, sus primeros éxitos, los retos que surgieron con el tiempo y cómo cambió gradualmente el impulso. Más allá de la cronología, es también una reflexión sobre lo que podemos aprender de esta experiencia, y sobre el potencial que aún existe para el futuro de esta tecnología y su gente.
Mi primera demostración con TED Versión 1, organizada en Cheval Blanc, Saint-Emilions 2020
Por qué Naïo desencadenó la revolución AgTech
Naïo Technologies no era una empresa de robótica más. Fue una chispa, una de las primeras en encender lo que hoy llamamos la revolución AgTech. Fundada en 2011 por Gaëtan Séverac y Aymeric Barthes, dos ingenieros apasionados por la tecnología y la agricultura, Naïo se situó en la encrucijada de dos mundos que rara vez se hablaban: la agricultura tradicional y la robótica de vanguardia.
Su visión era audaz pero sencilla: ayudar a los agricultores a reducir su dependencia de los insumos químicos y el trabajo manual mediante el uso de robots autónomos. De esa visión surgieron una serie de innovaciones que rápidamente diferenciaron a Naïo, no solo en Francia, sino en todo el mundo.
Entre estas innovaciones figura la creación de FIRA (Foro Internacional de Robótica Agrícola), un evento que se ha convertido en piedra angular del calendario AgTech mundial. Al poner en marcha el FIRA, Naïo no se limitó a construir robots, sino que creó una comunidad. Ayudaron a definir el debate sobre el futuro de la agricultura mucho antes de que la mayoría de la gente supiera lo que significaba "AgTech", ¡hace 14 años!
Recuerdo claramente por qué decidí dejar un puesto estable y respetado en CLAAS para unirme a Naïo. No era sólo la promesa de un robot, era la energía de un movimiento. La empresa tenía un alma, una misión que resonaba. Robots como Oz, un pequeño robot deshierbador autónomo para pequeñas explotaciones, y Dino, una plataforma más grande para la producción de hortalizas, no eran meras máquinas: encarnaban una nueva forma de concebir el trabajo, la sostenibilidad y la innovación en la agricultura. Fue esta visión de una revolución agrícola la que me hizo renunciar a un programa de prácticas en CLAAS.
Naïo estaba superando los límites no sólo tecnológicos, sino también culturales del mundo agrícola. Durante un tiempo, tuvimos la sensación de estar ayudando a escribir el futuro de la agricultura.
Primer campo que he desherbado con DINO en España, Cartagena, 2020
Diversificación demasiado pronto
Hacer realidad un producto revolucionario nunca es sencillo. Naïo Technologies no se limitaba a construir robots, sino que estaba superando los límites de tres ámbitos profundamente complejos a la vez: Autonomía, electrificación y mecatrónica, a menudo unidas a la integración de herramientas inteligentes. Cada una de estas áreas exige por sí sola grandes cantidades de I+D, talento, tiempo y capital. Intentar innovar en todos ellos simultáneamente resultaba tan inspirador como abrumador.
Naïo sabe hacer realidad las ideas. Desde los primeros prototipos hasta las demostraciones públicas, la empresa ha actuado con rapidez y audacia. Naïo consiguió traspasar fronteras, pero convertir esas ideas en productos robustos, industriales y listos para el uso supuso una importante inversión de tiempo y recursos. Desde el principio, empezó a surgir una brecha creciente entre lo que nuestros clientes necesitaban y lo que nuestros robots podían ofrecer de forma fiable sobre el terreno.
Este reto se vio agravado por una temprana decisión de diversificar pronto y ampliamente. La línea de productos se amplió rápidamente para cubrir múltiples mercados :
OZ, diseñado para pequeños productores de hortalizas;
DINO y ORIO, destinados a los grandes productores de cultivos en hilera;
TED, centrado en los viñedos. (Más tarde JO)
Aunque en teoría la diversificación puede ser un punto fuerte, al compartir desarrollos dentro de la gama y dirigirse a diferentes mercados agrícolas fluctuantes, en la práctica dispersó los recursos. Con un ancho de banda de ingeniería, un personal de apoyo y una capacidad financiera limitados, cada nueva línea de productos competía por la atención. En lugar de redoblar los esfuerzos para perfeccionar una solución, estábamos constantemente haciendo malabarismos con cuatro en diferentes niveles de madurez y fiabilidad.
Mientras tanto, asistimos a la aparición de una nueva generación de competidores más especializados, como Vitibot en viticultura o Farmwise/Carbon/Ecorobotics en cultivos de alto valor, que en ocasiones han logrado captar mejor segmentos clave del mercado. Estas empresas concentraron sus esfuerzos en un caso de uso, afinando cada detalle y, en ocasiones, pivotando con mayor rapidez.
Internamente, nos impulsaba la visión, el optimismo y el deseo de servir a todo tipo de agricultores. Pero el coste de esa ambición era alto y empezó a notarse, no sólo en el retraso de las mejoras de los productos, sino también en la satisfacción de los clientes y la tensión operativa. Sin embargo, conviene recordar que ningún fabricante de robots agrícolas tenía un manual en aquella época. Avanzar con tantas tecnologías disruptivas - mecatrónica, autonomía, herramientas inteligentes - sin un modelo existente, con equipos pequeños y bajo presión, era un reto constante. A menudo, los equipos tenían que hacer milagros con muy poco.
Última demostración de DINO organizada en España con la visita de Simon Belin, o chico de campo de EE.UU., Cartagena, 2020.
El alto coste de la globalización
La expansión internacional suele considerarse una señal de éxito, pero para las nuevas empresas de hardware como Naïo, también puede suponer una peligrosa extralimitación. Mi propia experiencia trabajando en el desarrollo del negocio operativo de Naïo en California me reveló lo costosa y compleja que puede llegar a ser la internacionalización cuando no está totalmente alineada con la adecuación del producto al mercado. ¡Eso es lo que me dio la idea de esa empresa del mercado AgTech !
Entramos en Estados Unidos con optimismo y ambición, convencidos de que nuestros robots desmalezadores podrían satisfacer las necesidades de los grandes productores de hortalizas de California. Pero una vez sobre el terreno, quedó claro: el producto no se ajustaba a las expectativas locales. Los campos eran diferentes, los métodos de cultivo también y las operaciones mucho más intensas (imaginemos las necesidades de desherbado y las horas de trabajo para una explotación de 3.000 hectáreas).
Aún más difícil era el modelo de negocio que intentábamos implantar: el desbroce como servicio. Aunque sobre el papel parecía escalable, pronto demostró ser insostenible desde el punto de vista logístico y financiero a largo plazo. Gestionar flotas de robots, operarios y transporte en vastas zonas con márgenes estrechos no hacía sino agravar nuestros déficits, año tras año. En semejante contexto, los equipos sobre el terreno se entregaron enormemente, a menudo más allá de sus límites. Pero ni siquiera el compromiso más sincero puede compensar un modelo económico mal adaptado a la situación local o los desajustes estructurales. Pero una vez más, pongámonos en contexto, en 2018 nadie sabía cómo comercializar robots en desarrollo, ¡y este modelo seguía permitiendo mejorar la tecnología y los servicios asociados! Estas decisiones eran comprensibles dado el impulso inicial del sector, las expectativas del capital riesgo y la falta de planes claros en AgTech.
Como prueba de ello, otras empresas ambiciosas como FarmWise, Nexus Robotics y varias startups también tropezaron o fracasaron en su intento de ampliar el desherbado como servicio en Norteamérica. Este modelo exigía a menudo elevados gastos de capital a cambio de escasos beneficios operativos, y las limitaciones técnicas de la escarda robotizada -especialmente en condiciones de campo diversas- dificultaban la estandarización del servicio, a diferencia del SaaS.
Detrás de este impulso estratégico había otra presión: el capital riesgo. La captación de fondos aportaba los recursos necesarios para crecer, pero también creaba expectativas de expansión rápida y resultados a corto plazo. Había poco margen para ralentizar el ritmo y centrarse en mejoras técnicas incrementales a largo plazo. Naïo tenía que mostrar tracción, y el mercado estadounidense era demasiado tentador para ignorarlo.
En retrospectiva, se dedicaron demasiados recursos -personas, tiempo, capital- a un mercado situado a 7.000 kilómetros y 9 husos horarios de distancia, lo que al final supuso una ventaja competitiva limitada. Mientras tanto, algunos competidores con sede en Estados Unidos se decantaron discretamente por herramientas de desbroce más sencillas, montadas en tractores, menos revolucionarias pero más fáciles de desplegar, mantener y ampliar.
Estas dificultades se vieron agravadas por el impacto de COVID-19. La pandemia perturbó casi todos nuestros esfuerzos internacionales. La pandemia perturbó casi todos nuestros esfuerzos internacionales. Personalmente, retrasó mi traslado a California más de un año. Para una empresa joven como Naïo, que depende en gran medida de la presencia física en los campos, las demostraciones y las relaciones personales con los agricultores, la falta de continuidad sobre el terreno ralentizó considerablemente la adopción y la creación de confianza. El equipo quedó inactivo, las asociaciones se estancaron y la brecha entre las promesas del producto y la realidad sobre el terreno tardó casi un año entero en ampliarse.
Es la primera vez que pongo en marcha dos robots a la vez, lo recuerdo como si fuera ayer, 5 ac (2ha) en 3 horas, ¡récord! California, 2021
Perdiendo impulso lentamente
En 2021, Naïo Technologies cerró una ronda de financiación histórica de 30 millones de euros. En aquel momento, parecía una validación de todo lo que la empresa había construido: un equipo de visionarios, un conjunto de robots funcionales y una presencia cada vez mayor tanto en Europa como en Norteamérica. Pero lo que siguió no fue la aceleración que muchos esperaban. En su lugar, entramos en un periodo en el que todo el sector AgTech empezó a perder velocidad.
El entorno macroeconómico cambió. El capital riesgo se agotó. Los inversores -especialmente en hardware y robótica- se volvieron más cautos, más selectivos y se basaron más en las lecciones aprendidas. La era del dinero fácil había terminado y la AgTech, antaño una de las favoritas del mundo de la inversión, se encontraba ahora bajo un escrutinio mucho más minucioso.
Una dura verdad salió a la luz: la adopción no crecía tan rápido como se preveía y las empresas no vendían tan bien como se esperaba. Sí, los agricultores buscan soluciones a la escasez de mano de obra y a las presiones normativas en torno a los insumos químicos. Pero su disposición a adoptar nuevas tecnologías tiene límites.
Los robots eléctricos de campo siguen enfrentándose a limitaciones inherentes: autonomía de la batería, autonomía de conducción, complejidad del mantenimiento, tiempo de carga, precio. Aunque la visión era sólida, la propuesta de valor no siempre estaba clara para los agricultores, que ya trabajan con márgenes estrechos y condiciones meteorológicas y mercados impredecibles.
Y el endurecimiento del mercado agrícola de los dos últimos años ha llevado a muchos agricultores (y viticultores) a volver a centrarse en prácticas bien establecidas. Enfrentados a la incertidumbre económica, son cada vez más reacios a adoptar tecnologías rompedoras como la robótica, que es precisamente la actividad principal de Naïo Technologies. Incluso las soluciones más avanzadas tienen dificultades para imponerse cuando los agricultores dan prioridad a la fiabilidad y la solidez frente a la experimentación, sobre todo en un contexto de reducción de márgenes.
Con el paso del tiempo, quedó cada vez más claro que las empresas que estaban ganando terreno eran las que se centraban en herramientas inteligentes remolcadas por tractores, más sencillas, fiables y compatibles con los equipos agrícolas existentes. Empresas como Carbon Robotics y Ecorobotix empezaron a destacar por situar la inteligencia tecnológica en la propia herramienta, no necesariamente en el vehículo. Su enfoque permitió a los agricultores conservar la solidez y familiaridad de sus tractores, al tiempo que añadían un valor significativo en el punto de acción: la línea de cultivo.
Irónicamente, algunas empresas vuelven ahora a la autonomía, pero de forma diferente. El reciente anuncio de Carbon Robotics de un modelo de tractor autónomo(AUTOTRACTOR) es una señal reveladora. Puede que la autonomía aún tenga futuro, pero debe construirse sobre una base de herramientas sólidas y valor demostrado, y no al revés.
En retrospectiva, una de las lecciones más duras ha sido la siguiente: Los agricultores no compran autonomía, compran resultados. La fiabilidad, la durabilidad y la sencillez siguen siendo más importantes que las tecnologías de vanguardia.
Récord de mayor superficie desherbada en un día con un solo robot, 10 ac, 4 ha, en California, 2021
¿Cuál es el futuro de Naïo Technologies?
Naïo Technologies se vio abocada a un proceso de reorganización judicial, un proceso legal francés cuyo objetivo es reestructurar la empresa o encontrar compradores para evitar su liquidación. A pesar del proceso de reorganización judicial, Naïo Technologies está lejos de ser una empresa sin valor. Todo lo contrario: a lo largo de la última década, Naïo ha acumulado una concentración única de experiencia en robótica agrícola autónoma. Pocos actores del panorama AgTech mundial pueden presumir de lo que Naïo ya ha conseguido :
Una cartera de cuatro robots probados sobre el terreno (Oz, Dino, Ted y JO), cada uno con niveles crecientes de robustez y refinamiento.
Una experiencia mundial con más de 400 robots desplegados en condiciones reales en múltiples continentes.
Una red de concesionarios, distribuidores y equipos de asistencia de confianza, especialmente en Europa.
Una sólida reputación de marca, construida a lo largo de una década de presencia, demostraciones sobre el terreno y un papel de liderazgo en la comunidad AgTech.
Un equipo central de más de 50 ingenieros, agrónomos y operarios de campo altamente cualificados, muchos de los cuales poseen un conocimiento práctico único de los sistemas autónomos en la agricultura.
No se trata sólo de activos intangibles: representan una base sólida para quien quiera tomar el relevo.
¿Qué podría venir después?
Hay varios caminos posibles, aquí están mis conjeturas :
Adquisición estratégica por parte de un gran fabricante de equipos agrícolas
Empresas como Kubota, CNH Industrial o AGCO han mostrado un interés creciente por las plataformas eléctricas y la tecnología autónoma. La adquisición de Naïo podría ofrecerles un atajo hacia un segmento maduro del espacio de la robótica eléctrica, especialmente en cultivos especializados. Las soluciones de Naïo, probadas sobre el terreno, podrían complementar los programas de I+D existentes o ayudar a acelerar las estrategias de electrificación.Adquisición por un competidor o una empresa emergente de AgTech
Las empresas emergentes que han adoptado un enfoque más modular o centrado en las herramientas podrían ver valor en el chasis autónomo, el software integrado o las redes de distribución de Naïo. Aunque los modelos de negocio pueden diferir, la consolidación tecnológica podría servir a ambas partesAgente industrial nacional o europeo
Una empresa francesa o europea podría adquirir Naïo para acceder a sus capacidades de I+D, su propiedad intelectual y su talento experimentado. Esto podría enmarcarse como un esfuerzo estratégico para preservar la soberanía tecnológica en la innovación agrícola. Recientemente hemos visto la compra de SITIA Robotic por ManitouRenacimiento mediante adquisición parcial o MBO (Management Buy-Out)
En algunos casos, si sigue una liquidación judicial, puede dar lugar a una versión más reducida de la misma empresa. Un grupo de antiguos directivos o inversores externos podría relanzar parte de la actividad bajo una nueva estructura, centrándose en la línea de productos más viable y en un modelo de negocio más sostenible.
Pase lo que pase, una cosa está clara: Naïo sigue siendo importante. No sólo por lo que ha construido, sino por lo que representa: un esfuerzo pionero para unir robótica y agricultura sostenible. El fin de una entidad jurídica no significa necesariamente el fin de una misión. Y quizá, con el respaldo adecuado, la historia de Naïo aún no haya terminado.
Primera sesión de trabajo real con la primera versión de ORIO, California 2021
Un agradecimiento y un legado que perdura
Al recordar mis dos años con Naïo Technologies, solo puedo sentir gratitud.
Gratitud por las personas con las que he tenido la oportunidad de trabajar: brillantes, motivadas, creativas y resistentes. Gratitud por el espíritu de la empresa: audaz, sin miedo a desafiar las normas y decidida a provocar un cambio real en la agricultura. En Naïo, no sólo construimos robots, sino que construimos juntos una visión.
Aprendimos a movernos rápido, a caer y levantarnos, a confiar los unos en los otros y a seguir adelante, incluso cuando el camino se empinaba. Esas aventuras, contratiempos y pequeñas victorias me han marcado profundamente. Sé que no soy la única que lo siente.
Así que a Naïo, y a todos los que han formado parte de su viaje: Gracias. Gracias por el viaje, por las lecciones, por los recuerdos. Pase lo que pase, el impacto que habéis tenido en el mundo de la tecnología agrícola es real y duradero. El sector te recordará, no sólo por las máquinas, sino por el movimiento que ayudaste a iniciar...y también por lo que has pasado. Los pioneros suelen llevarse la peor parte, pero son los que marcan el camino.
La historia de Naïo no puede terminar, ¡ahora más que nunca necesita la ayuda del ecosistema AgTech para encontrar una solución y asegurar sus valiosos activos antes de que sea demasiado tarde! Fecha límite para presentar una solicitud: 27 de junio de 2025
Primer reportaje sobre el terreno para Future Farming como independiente, Saint-Etienne, 2022
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EL CAMINO HACIA EL ÉXITO EN EL DESARROLLO DE UNA SOLUCIÓN AGTECH
Ep 1/7 : ¿CÓMO POSICIONAR CON ÉXITO SU PRODUCTO EN EL MERCADO AGRÍCOLA?
Ep 2/7 : ¿CÓMO ADAPTAR SUS MÁQUINAS AGRÍCOLAS A LAS NECESIDADES DEL MERCADO Y DE LOS CLIENTES?
Ep 3/7 : EL ÉXITO DE SUS PRIMEROS PROYECTOS PILOTO CON AGRICULTORES
Ep 4/7 : ¡MAXIMICE EL RETORNO DE LA INVERSIÓN (ROI) DE SUS SOLUCIONES AGTECH !
Ep 6/7 : OPTIMIZANDO EL ESCALADO DEL PRODUCTO A TRAVÉS DEL FEEDBACK DEL USUARIO FINAL
Ep 7/7 : EL MÉTODO DEL MERCADO AGTECH: SU CAMINO HACIA EL ÉXITO
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